Cuando se acercan las fechas navideñas siempre me da por
pensar en hacer un viaje, bien, bien lejos, y vivir la Navidad con otra gente,
en otro ambiente, disfrutando de otra cultura. Hoy de nuevo, me he encontrado
con la web de Banoa ¿la conocéis? Banoa es la marca de los grandes viajes,
aquellos que dejan huella, sencillamente porque son diferentes.
Soñar es libre, y eso es lo que me pasa con estas empresas
de viajes alternativos. Además son malos, malísimos! Les ponen nombres tan interesantes a los
viajes, que todavía los hacen más apetecibles si cabe: “Paleta de colores”, “Larga nube blanca”, “Contrastes del continente negro” ¿Quién puede resistirse a cualquiera de ellos?
Siempre digo, que algún día tendré dinero suficiente para escaparme a la India, a Cabo Verde, a Jordania… en realidad, a cualquier sitio en el que sea capaz de sumergirme en otro mundo, donde los colores, los olores, el paisaje, la gente, sea absolutamente desconocida. Me gustaría poder hacer cada año un viaje como estos, extraordinario y apasionante. Pero por desgracia, a día de hoy de momento es imposible, mi economía no alcanza para aventuras multiculturales…
Eso no quita para que yo siga soñando, soñando con ver
mundo, soñando con esos grandes viajes como los que vende Banoa. Y no me importa, porque soñar es libre, y te
hace disfrutar. Y mientras tanto, seguiré recorriendo los pueblos de Euskadi, y
el territorio Galo que lo tengo bien cerca, y los grandes espacios naturales
con los que cuenta la península, y los pueblos muy pueblos, que son mi debilidad.
Y como no, jamás me olvidaré de la gastronomía, que a falta
de viandas internacionales, bienvenidas sean las nacionales, que gozan de mi
entera simpatía y deleite del paladar.
Hoy he querido hacer un canto a uno de mis sueños, porque
como diría Calderón, toda la vida es sueño y los sueños, sueños son…
Hola Mónica:
ResponderEliminarQué sorpresa, no conocía este tu blog. Me gusta, pasaré por él con frecuencia. Comparto ese deseo de viajar en esta época del año, me resulta muy tentador hacer una navidades sabáticas, y un poco ampliadas en tiempo. Quién sabe, un año de estos, tal vez. Y en tanto, soñar, que eso es la vida, tal como enseña el sabio que citas y santo de mi devoción.
¡Saludos!
Ya ves! la cuestión es no parar! un abrazo!
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